domingo, 30 de enero de 2011

Una entrevista y un saludo que les envié desde Granada

Ayer se cumplieron 15 días de una entrevista que amablemente me hicieron desde la Cadena Radial Colombiana, RCN, en el marco de un especial acerca de colombianos en el exterior coordinado por un gran amigo (de mi infancia y de la Universidad), Juan Carlos Higuita.

Se las comparto mientras sigo trabajando en las notas a través de las cuales quiero desatrasarlos de los viejes que ya hemos logrado realizar: http://www.rcnradio.com/audios/15-01-11/colombianos-en-el-exterior-diego-bernal-estudia-cementerios-en-america-latina-y-elev

miércoles, 26 de enero de 2011

Comenzando una nueva vida en Sevilla

 Es increíble ver cómo pasa el tiempo de rápido cuando se está lejos, mucho más cuando se tiene la oportunidad de atravesar contextos tan diversos en medio de un placentero trasegar. Ya hace casi mes y medio que estoy por estos lares y son más de 6.500 k.m. de recorrido los que hicimos por este bello continente gracias al apoyo de Lucette y la colaboración del carrito que se portó como uno más del equipo en toda la travesía. De nuevo y, al menos parcialmente, radicado en Sevilla, ha llegado la hora de ponerme juicioso a estudiar.


Sevilla es una ciudad mágica que nos ha recibido de la mejor manera. Somos alrededor de 20 personas las que cursamos el máster, teniendo la ventaja de ser de múltiples nacionalidades, lo que hace de cada espacio académico o no académico, una oportunidad de lujo para aprender y compartir. El grupo es bastante unido y cada vez vamos encontrando más excusas para integrarnos y construir ésta, nuestra nueva vida, y el ambiente que nos acompañará por los próximos meses.


Una de las más felices coincidencias de esta nueva experiencia, es contar con la compañía de un buen amigo también antioqueño y que procede del mismo grupo de investigación del que hago parte en la Universidad de Antioquia. Lucho fue nuestro fiel escudero en cada uno de los viajes que hicimos Lucette y yo durante la primera semana de clases, de los que ya tendré la oportunidad de escribirles.

Por lo pronto quería reportarme sin novedad, ya listo para continuar con mis estudios y comenzando a recuperar los hábitos de estudio... sin dejar de planear nuevas excusas para conocer este bello continente que nos ofrece oportunidades mágicas y pomposas, como ir a almorzar a Portugal y disfrutar de la caída del sol en sus playas, para regresar luego sin remordimientos a dormir en nuestra bella ciudad sede. Un nuevo mundo a la inversa, el cual espero poder descubrir poco a poco. 

jueves, 6 de enero de 2011

Bayonne: en el corazón del País Vasco francés


Atraídos por el nombre de esta importante ciudad en la que estuvieron 'residiendo' los reyes de España durante la ocupación francesa, Lucette y yo decidimos viajar desde La Bretaña directamente hasta aquí. Fueron más de siete horas manejando, pero hay que reconocer que éstas se hacen más amenas cuando se cuenta con una completa red de autopistas como las francesas. No puedo decir que se conoce mucho, pues son largas venas asfaltadas en las que los carros y camiones pasan a alta velocidad, dejando de lado el disfrute de las ciudades y pequeños pueblos que se esquiva la veloz serpiente, pero sí que tienes la posibilidad de ver cómo te cambian los paisajes, el clima y hasta el idioma a medida que avanzas en el trayecto.

 La ciudad está atravesada por el río Adour, al mismo que se le une a un costado de su centro histórico, el río Nive, generando tres escenarios mágicos: la pequeña Bayona, la Gran Bayona (donde está ubicada la catedral y el centro administrativo) y Saint Espirit, colindante con la célebre y simétrica fortificación de La Citadelle.

 El recorrido por sus calles nos permitió disfrutar de una vieja muralla que tras siglos de vecindad con las casas que defendía, terminó integrándose con ellas sin que se sepa muy bien en la actualidad donde empiezan los espacios públicos y dónde los privados, pero que hacen de la ciudad un refugio para escritores, poetas y estudiantes que necesitan terminar sus tesis (sin que conozca a ninguno en particular).

 Sin embargo, el precio de nuestro feliz y relajado recorrido a pie por Bayonne, lo pagamos al regresar... Comenzábamos a transitar por regiones en las que los carros compiten por los más pequeños espacios y en los que el no ponerle las monedas indicadas al parquímetro trae consigo una multa. Antes de que sean las 10 de la mañana, la ciudad se ve invadida por media centena de policías que recorren sus calles poniendo centenares de multas en un ejercicio que ya se le volvió cotidiano a los habitantes de estas zonas del País Vasco francés, situación que se repite de igual manera al otro lado de la frontera.
Animados por la encargada del hotel que se confesó fiel receptora de al menos tres o cuatro multas al mes por la misma causa, dejamos Francia para continuar el recorrido ahora por carreteras españolas. Historias que comenzaré a desatrasarles en la medida de mis posibilidades.

domingo, 2 de enero de 2011

Ploumanach... el bosque de las piedras de granito rosa

 Aprovechando una tregua en nuestra agenda de visitas e invitaciones a almorzar y cenar, pudimos viajar a Ploumanach. Una población que goza de gran prestigio entre los turistas que llegan a disfrutar del verano o del invierno en La Bretaña.
Se trata de una costa cubierta por enormes bloques de granito rosa, a los cuales el mar y el viento han dado curiosas figuras, convirtiéndola en una playa muy interesante para caminar y sacar buenas fotos... mucho más cuando el día se presta, como fue en nuestro caso.
Dos son los puntos cumbres del recorrido: el faro y 'El sombrero de Napoleón'. Lugares a los que se llega a través de senderos peatonales muy bien señalizados y que sirven además de ruta para las decenas de franceses que hacen deporte a mañana y tarde, dejándome la duda de si se trata de una práctica cotidiana o de un 'acto penitencial' para recuperar la línea perdida con las comilonas decembrinas.
Cuenta la tradición oral bretona, que fue a través de la BBC de Londres que los habitantes de este sector de la 'Francia Ocupada', se enteraron de la inminencia del desembarco aliado, al emitir esta emisora las palabras claves: "¿Está aún el sombrero de Napoleón en Ploumanach?"... pues pude comprobar que sigue ahí y que aunque miles nos lo hemos tratado de poner, será sólo el paso de los siglos el que logre mover esta gigantesca 'obra de arte natural'.

sábado, 1 de enero de 2011

Año nuevo en Francia: una experiencia gastronómica... con un toque de nostalgia

 Si me preguntan cómo celebran en Francia las fiestas de año nuevo. O mejor, cómo son los festejos en La Bretaña (este país es muy grande y variado), debo confesar que mi estómago fue el que más lo disfruto (volvemos al tema de la panza). La comida es la mejor excusa para reunirse a compartir, por lo que son muchas las cenas, almuerzos y agasajos que se organizan en torno a mesas repletas de mariscos, carnes, manjares tradicionales y 'recetas de autor', los cuales van siempre acompañados de 'pequeñas entradas', tablas de quesos, ensaladas y el infaltable café al terminar. Toda una maratón gastronómica que termina por ponerte en apuros digestivos, pero qué más da... ¡Navidad y año nuevo bien valen como excusa!
 Una de las tradiciones más singulares, es la de la 'Galleta de Reyes', la cual si bien comenzó siendo un plato que se producía con motivo de la fiesta del 6 de enero (la llegada de los 'Reyes Magos'), su éxito y consumo se extendió a todo el periodo navideño. Se trata de una especie de torta sorpresa rellena de confitura (muchas veces sorpresa también, pues algunas marcas no especifican en su empaque el sabor). Al interior, el fabricante esconde una figurita de porcelana con diversos motivos (la globalización puso en la nuestra a los personajes de Narnia en reemplazo de los animalitos, retablos de iglesias o motivos tradicionales).
El cómo partir y repartir la galleta es todo un ritual, pues ésta debe ser entregada a cada uno de los comensales sin que quien parta y distribuya las porciones (único que podría llegar a intuir dónde está la figura), sea quien determine a quién corresponde ese pedazo. Una vez cada cual tiene su parte, todos comen esperando con atención a que algún vecino o uno mismo, descubra en medio de un mordisco el 'objeto extraño' que convierte al afortunado en rey o reina por una noche, siendo coronado y aplaudido por todos (la corona viene incluida en el paquete).
 En nuestro caso la celebración fue muy tranquila. Cenamos en la casa de la mamá de Lucette (que se ganó la corona esa noche) y luego fuimos a encender la chimenea. No hubo música, ni pólvora, ni vecinos bulliciosos, ni marranos, ni globos... casi que ni personas en los alrededores, pues el barrio se quedó en silencio desde antes de las 9 p.m. Si hubo festejos entre las familias de nuestro barrio, éstos se los llevaron para bares y restaurantes o para las casas de los familiares que viven muy lejos de nosotros, pues el silencio no fue roto por nada distinto al estruendo de la maleta de rodachines de Momam cuando salimos a dar la vuelta al sector a media noche.
Muchas risas causó entre todos los amigos y familiares de Lucette que conocieron nuestra 'aventura de año nuevo' por las calles desiertas de Plouezec, pero se trata de una tradición que por más de 10 años me ha acompañado y a la que, sin creer oficialmente en agüeros, he dotado de una significación muy especial. Comienza un nuevo año y estoy de nuevo lejos de mi país. Nuevos destinos espero que sean los que comiencen a llenar mis libros de viaje... y, por que no, de historias este blog.