domingo, 10 de julio de 2011

Adiós a Facundo Cabral

A veces cuando se está en medio de estas experiencias en que el mundo parece pasar a un segundo plano y llega a olvidársenos que se perdió la plata de la pasada emergencia invernal en Colombia y que la que llegó después, dice que se va, pero no cumple su palabra; que la crisis en España se agrava, mientras los partidos tradicionales parecen jugando al gato y al ratón; o que se anuncia con bombos y platillos que la crisis en Libia se solucionará en cuestión de días o semanas... como si no fuera el tiempo desde hace siglos un conjunto consecutivo de días y semanas que escapan a todo control.

A veces pareces meterte (en este caso literalmente) bajo tierra y te escapas de la cotidianidad familiar y al regresar te enteras que tus 'primas chiquitas' se casan o que 'los bebés' ya están en la Universidad, sin contar a unos y otros que viajan y cambian de roles.

A veces te pierdes del mundo y parece que nada pasara. Que todo continuara intacto y con una simple mirada a los periódicos del día y una necesaria convesación por el skype se pone de nuevo en orden tu link con tu vida y tu entorno... a veces, a veces.

Hoy regresó al mundo real después de un maravilloso fin de semana en el que tan sólo me enteré de los cinco minutos finales del partido de la hoy gloriosa selección Colombia y su triunfo contra Bolivia, pero me doy de frente con la noticia del asesinato de Facundo Cabral... uno de aquellos seres que uno ya espera ver en las noticias y de quienes se lamentará eternamente su natural partida, pero que lejos estaba de poder ubicar en el blanco de las balas que tantas veces esquivó con su guitarra.

Muere abaleado Facundo Cabral y nos deja sus canciones que ahora parecen más vigentes que nunca. Muere un símbolo de una generación que claramente no es la mía, pero a la cual admiro y respeto.

Dejaré que sea el propio Facundo el que salude y se despida antes de marcharse para el otro mundo al que ya pertenecía al no reconocerse como ciudadano exclusivo de ninguna nacionalidad. Dejaré que sea la contundente caricatura de París publicada en El Colombiano la que ilustre esta entrada que nunca quise escribir.

 Facundo Cabral... sus palabras y su legado:
http://www.youtube.com/watch?v=xD3G6eM3tPI 

miércoles, 6 de julio de 2011

Excavando en el norte del Perú... un sueño que nunca tuve y hoy disfruto

Cazador de historias y nuevas travesías, confieso que nunca pensé que iba a terminar pasando mi 'verano español' en medio del desierto peruano participando de una escuela de arqueología en uno de los más importantes sitios arqueológicos del norte del Perú. Una experiencia totalmente nueva que me ha permitido acercarme de otra manera a 'los muertitos'. Aquellos seres que se han convertido en mis mejores amigos, pero a los que siempre acompañé desde mis recorridos de campo por los cementerios, las lecturas y el trabajo en los archivos, pero que ahora nos permiten acercarnos a los secretos escondidos en sus restos, tras más de 1000 años de reposo en medio de las especiales condiciones que ofrece la costa norte peruana, que permite su conservación.

 El sitio de trabajo es el Proyecto Arqueológico San José del Moro. Un espacio ceremonial y de habitación que fue ocupado de manera sucesiva por las culturas indígenas Moche, Lambayeque y Chimú, y que viene siendo excavado desde hace 20 años por arqueólogos y especialistas de todo el mundo, bajo la coordinación del Dr. Luis Jaime Castillo, y en donde coincidimos en esta ocasión más de 80 estudiantes y profesores de Estados Unidos, Canadá, Suecia, España, Bélgica, Inglaterra, Perú y Colombia. 
El trabajo es duro, pero reconfortante a la vez, pues al tratarse de un espacio poblado de manera continua por casi mil años, son muchos los vestigios y la información que arroja cada capa que se descubre de este gran libro escrito con arena, piedras y cerámicas. Una nueva aventura intelectual y, de cierta manera, espiritual, que me ha permitido acercarme a una disciplina que tenía más que alejada de mi cotidianidad, pero que ahora me entrega herramientas para nuevas indagaciones.

Así, cubierto de tierra y arena hasta las orejas los saludo desde el norte del Perú y les prometo muchas más historias y fotos a mi regreso a tierras colombianas y europeas, cuando podamos compartir impresiones acerca de este sueño que nunca tuve, pero que hoy disfruto con gran placer y dedicación.

domingo, 3 de julio de 2011

Problemas con Despegar.com... pagué más de 300 euros extra por un tiquete que, de por sí, estaba caro

Cansado de ser una pulga peleando con un elefante, tal y como pasa casi todas las veces que se enfrente un cliente con una compañía, me decido a publicar este cruce de mensajes que sostuve con Despegar.com con motivo de mi viaje a Perú, con escala en Medellín.

Gracias a ellos he pagado más de 300 euros de más, sin contar que la opción de vuelo que me ofrecieron estuvo lejos de ser la más económica.

Una mala experiencia por la que espero nunca les toque pasar.

Cordialmente,

Diego A. Bernal B.

Un bello y prometedor inicio
Todo comenzó cuando al ganarme una beca para participar de una excavación arqueológica en el Perú, decidí anteponer una escala en Medellín para visitar a la familia y poder cambiar de equipaje, a la par de poder estar trabajando en Colombia a lo largo de un mes, una vez regresara del norte peruano.

Tal y como lo tengo acostumbrado (y creo que lo hacemos buena parte de los viajeros de mi generación), en vez de recurrir a una agencia de viajes, opté por revisar las alternativas que me ofrecía el internet. Sin lugar a dudas, edreams.es y despegar.com fueron mis primeras opciones, pues con ambas había tenido gratas experiencias.

Un mal presagio
Dado que la confirmación de la beca llegó a mis manos muy cerca a la fecha del viaje, desde un principio fue obvio que la búsqueda del mejor precio iba a ser complicada, pero contando ya con experiencia en ese sentido, amplié mis opciones de búsqueda: vuelos desde Madrid, Barcelona, Sevilla, Lisboa y París. Las fechas de los viajes de ida y regreso los moví en todo tipo de posibilidades, hasta llegar a una conclusión: Despegar.com iba a ser mi compañía elegida.

Cuando les digo que las opciones fueron múltiples, no exagero, pues si algún día tienen la posibilidad de revisar los costos y las opciones que les genera un buscador de una agencia de viajes virtual o, incluso, el de una empresa aérea convencional que haga estos trayectos; verán que buena parte de las mejores ofertas tienen escala en EEUU, lo que nos deja por fuera a buena parte de los colombianos que aún no contamos con visa para entrar o transitar por ese país.

Comienzan los problemas
La opción que escogí fue la de un vuelo que saliendo de París (debo regresar a ‘La Ciudad Luz’ para reencontrarme con mi segunda madre y viajar juntos a La Bretaña), hacía escala en Caracas por 15 horas y luego salía directo a Medellín por Copa.

La opción de una escala tan larga en Caracas no sonaba muy tentadora, pero gracias a algunas averiguaciones y a la gentil invitación de una buena amiga venezolana, la aventura estaba lista. Sería mi primera vez en Venezuela, amén de los dos cortos pasos por sus fronteras con Colombia. Sin embargo, fue aquí donde comenzaron mis problemas con Despegar.com, cuando sin consideración a las horas y horas que me tomó cuadrar el itinerario y después de poner los datos de mi tarjeta de crédito, me anunció que esa opción de viaje no estaba disponible pero que había ‘otra’ unos dólares más cara, la cual reemplazaron a su vez por ‘otra’ aún más cara… no había mayores explicaciones ni existió una nueva pantalla de itinerarios.

Mi compra estaba realizada y es ahí donde comienza la pelea que les relato en documento adjunto… una crónica de una muerta anunciada, pues no hay nada más claro cuando inicias una pelea con una compañía de éstas, que la sensación de tener todas las de perder… y así fue.

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